sábado, 17 de julio de 2010

La vida es aquello...

“La vida es aquello que te va sucediendo
cuando te empeñas en hacer otros planes”
John Lennon


Viví haciendo planes, armando, quitando, poniendo, organizando; entre límites y medidas, manteniéndome en los parámetros, todo fríamente calculado. Llegó quien acabo con todo eso, mando todo mi orden a un lugar lejos (literalmente) me enseñó a no necesitar nada, excepto a aquel que producía esa ausencia de necesidad; en conclusión seguía sin un ápice de libertad, pero al menos ya tenía una idea de su existencia. Perdí a aquel que logró hacerme independiente de las leyes humanas, “hola bienvenida al vacío”, así supe quienes estaban conmigo, cayendo bajo. Cuando llegue a mi mínima expresión, al nivel máximo de supresión, supe que no podía caer más, solo quedaba crecer y aprender a vivir de nuevo, poco a poco, no fue fácil, fue la victoria mas difícil por la que tuve que luchar contra mi misma, jamás sola, pero definitivamente con el papel protagónico. No fue una lucha fácil, ví retirarse a muchas de las personas que creía que estarían conmigo, supe de traiciones y malentendidos que jamás lo fueron; también conocí la lealtad de los verdaderos amigos, supe acerca de mi inmensa capacidad para herir a todo aquel que está cerca de mi, jamás me cansare de disculparme.

Me refugié en la música clásica, en el heavy metal, en el dibujo, en el deporte del que tuve que retirarme, pues también tengo la capacidad de autodestruirme, y sobretodo en el baile, así fue como yo salí, poco a poco del peor abismo en el que he caído hasta ahora.

Seguí adelante, conocí gente maravillosa, y volviendo a caer en parámetros, nunca como antes, pero volviendo un poco a aquellas limitaciones que no me dejaban ser, perdiendo el tiempo o aprovechándolo demasiado, crecí demasiado en muy poco tiempo, bien lo dijo Rainer Rilke “el amor es la ocasión única de madurar”; aprendí a pensar y analizar todo y con esto conocí el aburrimiento.

Junto con esto descubrí, algo, que aún no se como se llama, ni creo que lo sepa nunca, es una mezcla de desesperanza con traición a ti mismo… y sobre todo decepción… mucha decepción. Una vez en ese punto ya no hay mucho por hacer (o eso creerían muchos) pero no para alguien tan testarudo como yo… se que aun no me explico… es algo como asco y desprecio a ti mismo pero no es eso… es como ese sentimiento que sientes hacia alguien que se ha traicionado a si mismo (por definición la peor de las traiciones)

Sentí todo esto en carne propia, estuve en el cielo y en el infierno en tiempos distintos y es por esto que ahora oyendo una canción de Bryan Adams me llama la atención una de las frases que dice “don’t judge a thing until you know what’s inside it”.
De mi mucha gente ha opinado, dicho y desdicho; no me interesa lo que tengan que decir de mí hasta que no estén en mi piel. También me acuerdo de algo que me dijeron en bachillerato “Al árbol bonito siempre le tiran piedras”, piedras que no me tomaré la molestia de devolver.

No peques de ignorancia, no traiciones, no vivas del otro… aunque si tienes el tiempo para hablar de mi quién soy yo para decirte que no? Gracias por concederme tal grado de importancia. Envídiame si quieres, pero en la medida de lo posible no me dañes, ese grado de importancia es mayor al que aspiro. Invierte tu energía en tu propia vida.

Sabes qué? Mejor conóceme y pídeme razones antes de juzgarme, si crees que estás lo suficientemente libre de pecado como para hacerlo. A lo mejor terminas queriéndome, curiosos los detalles de las relaciones humanas, no creas en lo que ves, no te limites, y siempre piensa que hay algo más acá y otro algo más allá; créeme es divertido tratar de tener y de conocer los dos “algos”.

Irónico… Hasta el planeta tiene dos polos.

Grace M.

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